Ofrece una formación integral, según el estilo educativo de San Antonio María Gianelli, Fundador de la Congregación.
Educa según una concepción cristiana del hombre, de la vida y del mundo.
Es académicamente exigente y ofrece un grado de instrucción y de educación de calidad en un clima de colaboración y apertura.
Ayuda a desarrollar, además de las posibilidades intelectuales del alumno, sus aptitudes físicas, su madurez afectiva y su dimensión social.
Fomenta el crecimiento de las dimensiones ética y trascendente de la persona, acentuando los valores de la familia, la libertad, el sentido crítico, la participación, la convivencia y la paz.
Favorece la síntesis entre la fe y la cultura.
Imparte la enseñanza religiosa según las orientaciones de la Iglesia.
Programa y ejecuta procesos catequísticos y de expresión de la Fe en un marco de respeto y libertad.
Se enraíza en la realidad cultural, social y humana de la Ciudad de Buenos Aires, descubriendo y valorando sus características propias.
El Colegio considera que la FAMILIA es primordial en la adquisición de actitudes y valores desde los primeros años de la vida de los hijos. Por ello pide a los padres, como PRIMEROS EDUCADORES, corresponsabilidad con los objetivos, criterios y propuestas educativas de la Institución; participación en la vida escolar, de modo que todos asuman su tarea, sintiéndose protagonistas de la misma; presencia en la escuela cuando ésta sea requerida.
EL COLEGIO QUE PROPONEMOS
Es un lugar donde se respetan principios fundamentales:
La educación de toda persona según sus posibilidades.
Los padres primeros educadores.
La Iglesia pionera en el mundo de la educación y la cultura cumpliendo su mandato evangelizador.
Un colegio que ofrece una opción educativa de acuerdo con las exigencias de la sociedad actual, y se define como católica.
Donde se busca la síntesis entre Fe y vida.
Donde nos proponemos formar para la vida.
Donde anunciamos el Evangelio, la necesidad de Dios en nuestras existencias, y la búsqueda del bien común.
Un colegio caracterizado por:
Una Pedagogía del Amor.
Valorar la misión docente y exigir una presencia providente del mismo.
Respetar la libertad y creatividad del educando.
Brindar una formación integral.
Un estilo familiar de convivencia, vivido desde la sencillez y la alegría.
